El autoconsumo doméstico cada vez está más de moda. Sin embargo, poca gente conoce los distintos tipos de paneles solares que existen: fotovoltaicos, térmicos e híbridos. Los paneles solares híbridos permiten obtener energía eléctrica y energía térmica, siendo una mezcla de los dos anteriores. Este tipo de panel solar consigue que optimicemos el espacio de la cubierta, generando un cuarenta por ciento más de energía por metro cuadrado que los otros dos tipos de paneles solares de manera separada.
Como se puede observar, un panel solar híbrido posee una mayor eficiencia energética que el resto, pero hay formas de incrementar más aún esta eficiencia energética: la domótica y el control inteligente. Gracias a ello, podemos monitorizar, automatizar y controlar los paneles solares de manera remota mediante un dispositivo con conexión móvil. Este tipo de paneles solares inteligentes aumentan su eficiencia en un 10% respecto a los híbridos tradicionales y un 70% respecto al resto.
Control inteligente para paneles solares
El control inteligente se suele usar en los paneles híbridos, pero se puede adaptar a cualquier instalación de energía solar.
Este tipo de sistemas no solo permite el control remoto de los paneles y el resto de elementos, sino que va más allá del control del usuario, siendo capaces de realizar actividades por sí mismos, según información que recogen de tres fuentes de información diferente, que se denominan inputs:
- La instalación de energía solar: Se colocan distintos sensores en la propia instalación , los cuales recogen información tanto del interior de la instalación como del entorno para determinar su funcionamiento. Esta fase se denomina monitorización. La información obtenida se centra en aspectos como lastemperaturas y presión del fluido, entrada y salida de paneles, temperatura de almacenamiento o datos ambientales. Si bien esta información suele usarse para determinar el funcionamiento de la instalación, también sirve para conocer el estado de la misma y evitar averías o problemas más graves.
- Usuario final: el usuario de la instalación también le da información a la instalación, pudiendo elegir la descarga y el tipo de energía que se quiere generar. Una vez que esto se repite varias veces, es el propio sistema el que adapta su funcionamiento sin que sea necesario que el usuario haga nada.
- Internet: la instalación posee una conexión a internet para obtener información sobre aspectos como el tiempo, las horas de sol, la temperatura…
Pero este tipo de sistemas inteligentes no solo son capaces de recoger información y actuar en consecuencia, también pueden influir y actuar sobre el entorno que le rodea, modificando su propio funcionamiento sin alteraciones físicas. Los diferentes aspectos que se pueden controlar se denominan outputs, siendo los más destacados los siguientes:
- Ratio de generación eléctrica/térmica: se potenciará la generación de energía eléctrica o bien energía térmica según la necesidad, simplemente alternando el caudal del fluido que circulará por la instalación. También se puede controlar la temperatura del fluido.
- Sistemas de almacenamiento: el accionamiento del caudal influye en la temperatura de salida de los paneles, lo que determina la mayor temperatura a la que se almacenará dicho fluido. Según la necesidad de agua caliente se establecen distintos niveles de almacenamiento térmico, para que no sea necesario evacuar calor en las horas nocturnas. Por otro lado, también se controlará si la electricidad generada se utiliza o bien se almacena en las baterías para su uso posterior.
- Conexión a red: puede elegir verter la electricidad sobrante a la red eléctrica.
Este tipo de sistemas, al aumentar la eficiencia de los paneles solares y el resto de elementos hace que la inversión se recupere de manera más rápida.
